El cristalino está formado por una cubierta anterior sencilla de
células epiteliales cuboidales y una masa
posterior de células elongadas diferenciadas que se denominan las fibras lenticulares primarias, que
constituyen el núcleo embrionario del cristalino adulto. Estas
células perderán eventualmente todos sus organelos intracelulares. A partir de este momento, el cristalino va a crecer
continuamente en tamaño y número de células mediante la aposición de capas
concéntricas de fibras lenticulares secundarias, derivadas de la capa
germinativa del epitelio anterior, hasta formar
la estructura adulta.
Las fibras son más estrechas en el centro de la
estructura que en la periferia, para acomodarse a
la forma esferoidal del cristalino. Esto parece estar
relacionado con un tipo de compactación de las fibras más centrales. Otro mecanismo
que tiende hacia el mismo objetivo es la fusión lateral
de fibras en la región central y la presencia ocasional de células de sección pentagonal que reducen, a
una, dos de las columnas radiales.
Las
células de la parte anterior de la vesícula lenticular van a permanecer siempre como una monocapa de
células más o menos cuboidales o aplastadas. Solamente una
zona específica de esta monocapa, cerca del ecuador,
retiene la capacidad de multiplicación celular y se llama la zona germinativa
del epitelio. Las células de la región central del epitelio no se dividen normalmente pero pueden hacerlo ante
determinados estímulos. En la zona germinativa las células entran en mitosis y se van desplazando hacia la periferia y
transformándose en las llamadas células transicionales; esto crea una presión tisular que tiende a la expansión del
ecuador del cristalino. Las células transicionales, en el ecuador, dan un giro
de 180º reorientando su polo basal hacia atrás, al
mismo tiempo que se inicia un proceso de diferenciación
terminal/elongación bidireccional durante el cual se cargan de las proteínas típicas
del cristalino, las cristalinas. Al elongarse, el polo anterior de estas fibras
secundarias se desliza entre las células del epitelio
anterior y el núcleo embrionario. Por detrás, el polo posterior de la fibra se insinúa entre los polos
posteriores del núcleo embrionario y la cápsula. El núcleo
embrionario, por tanto, va acomodándose centralmente en el
cristalino.
Este
proceso crea capa sobre capa concéntrica de fibras
secundarias. Las fibras que se producen nunca se
pierden, ya que quedan bajo las nuevas capas celulares que van
apareciendo, así que las capas del centro son tan antiguas como el individuo y las más jóvenes son las capas
concéntricas más superficiales. Las
fibras se elongan hasta que sus polos se encuentran con el polo correspondiente de otra fibra, a nivel
de una sutura. Poco después degradan sus organelos: el núcleo, las mitocondrias,
el aparato de Golgi, y el retículo endoplásmico liso y rugoso. Solamente quedan los polisomas y las membranas plasmáticas. Esta es una manera de contribuir a que
la transparencia del cristalino perdure, al
desaparecer centros potenciales de dispersión y moléculas que absorberían
luz visible. Por otro lado, las fibras se han cargado de las proteínas cristalinas, que van a establecer las
bases estructurales de la transparencia del cristalino a largo plazo.
Las
fibras conservan su polaridad, no siendo equivalentes los extremos anteriores y los posteriores. El cristalino se ha tomado como modelo de
envejecimiento y diferenciación celular, ya que está constituido por un solo tipo de células en diferentes etapas de
envejecimiento y diferenciación. En este sentido tiene una constitución única
respecto a la pluralidad celular que existe en cualquier otro tejido. En el
centro están las células más viejas y diferenciadas; por el contrario, en la corteza las más jóvenes y
en vías de diferenciación. Y en la periferia de la superficie anterior se encuentran
las que comienzan el proceso de diferenciación a diferentes edades. Por eso, la
simple interpretación de que lo más viejo está en la región central del cristalino
puede no ser estrictamente correcta en todas las circunstancias.
Dentro de un mismo cristalino, cualquier capa o lamela de
fibras puede verse desde dos puntos de vista:
- El material depositado cuando el cristalino era más joven (y una lamela
más externa correspondería entonces a material depositado con
el envejecimiento) ó
- El material más viejo, depositado allí hace más tiempo (y
una lamela más externa correspondería a material más joven, depositado hace
menos tiempo).
La
primera alternativa tiene que ver con
desarrollo/diferenciación y la segunda con envejecimiento. En el mecanismo de
elongación, aunque disparado por factores de
crecimiento procedentes del vítreo, parece que el estímulo
inmediato es la retención intracelular de K y Cl, que condiciona un aumento osmótico en el volumen
celular y posiblemente modificaciones en el citoesqueleto..